sábado, 30 de abril de 2016

ORIGEN DE LOS SANTOS AFRICANOS II.


Historia 2:
En el continente africano, al igual que en todas partes del mundo existen las distintas creencias religiosas, las cuales se fundamentan en alguna originalidad o en algún dato histórico.
Una de esas leyendas dice que antiguamente dios, o sea Olofin andaba por la Tierra y cuando Olodumare andaba en este mundo, en el planeta no había arboles ni nadie, únicamente rocas llanas, y esto sucedió por espacio de muchos años o Siglos y como consecuencia de esto todo era un vapor producido por las llamas internas de la Tierra, Sé acumulo en el espacio una gran cantidad de vapores, o sea nebulosa, las cuales ya no se sostenían en el espacio. Esto sucedía, porque Olofin quiso que esto sucediera, entonces se descargo esa nebulosa de vapor convertida en agua sobre las llamas. En la parte que mas trabajo la candela, hubo de quemarse bastante, quedando mucho más honda esa parte que la otra y esos son hoy los grandes Océanos que existen. Aquí como se ve es donde nacen todos los Yemaya del mar, desde okute, hasta Olokun.
Después entiende el africano, que esa llama que había en el planeta ya que ya no existe sucedio por la voluntad de Olodumare el cual ordeno que se trasladara al cielo para que se convirtiera en el Sol que hoy disfrutarnos y que es para ellos el dios (Aggayu).
Antiguamente astros Santo era el más temido y respetado.
La otra parte más floja de la candela, la convirtió en la Luna, otro de los planetas conocidos por los mortales, que al igual que el Sol comparten la preponderancia del sistema planetario.
Después de muchos días, las cenizas de aquellas rocas encendidas se acumularon en las partes altas y se fue formando una masa fangosa, que era la Tierra, donde reinaría Orishaoko. Esta masa fangosa trajo como consecuencia la pudrición y las epidemias y de ahí nace el Santo Babalu Ayé, San Lazaro.

Después producto de las yerbas que nacieron y crecieron en la tierra nace el dios OSAIN. Más tarde al formarse grandes lomas nace el dios Oque, nuestro gran Oque, que solo Olofin lo destruye.



Ashe to iban eshu.

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