El Yorye. Todos sabemos que es una ceremonia de Ifa, donde el iniciado es sometido a una penitencia. Esta ceremonia nace en el signo Iwori Birote (tambien llamado, Iwori Irete o Iwori Rete). En este Oddun es existente un pataki que hace referencia a esta ceremonia:
Pataki
Al principio el tigre no poseía ni colmillos ni garras. Y a causa de eso los otros animales se burlaban de el.
El tigre muy avergonzado fue ante Olofi. El cual le dio, las garras y los colmillos para que se defendiera.
Al tigre se le subió el poder a la cabeza y mataba a todo animal que se le cruzara por el camino. Los demás animales muy molestos fueron a acusar al tigre ante Olofi, el cual mando a llamar con el mono al tigre.
El mono le aviso al tigre de la petición de Olofi, el tigre se asusto mucho y a cada rato se preguntaba -¿Para que me querrá Olofi? ¿sera que hice algo malo? o ¿sera un trampa?-
El tigre podía divisar al final de un largo sendero rodeao de arboles, el trono sobre el cual esta sentado Olofi. El tigre pensó que tal ves el sendero era una trampa, y fue entonces cuando se dispuso a treparse en un árbol, y así saltar de árbol en árbol asta llegar al trono de Olofi.
Cuando Olofi lo vio acercarse, movió los vientos con furia para abatir los arboles los cuales con sus ramas azotaron al tigre dejandole marcas por todo el cuerpo.
Finalmente el tigre quedo rendido, adolorido y desvalido ante Olofi, el cual lo castigo. - Por abusar de tu poder, te condeno tu y toda tu descendencia tendrán las marcas que yacen sobre tu cuerpo para que no se les olvide lo que a ocurrido este día.
En este pataki nace la ceremonia del yorye. Pero tengo que recalcar que en algunos lugares de Cuba cuna de nuestra religión no se realiza esta ceremonia. Hay teorías de que esta ceremonia se comenzó a realizar cuando los españoles quisieron formar parte de nuestra religión, y así los negros esclavos tendrían una forma de desquitarse de años de malos tratos.
Los golpes del ijoye no enseñan ese ifá ni akose, ni orin ni oriki, pero algo siempre enseña, enseña que no importa la consagración que hemos tenido, no somos infalibles, seguimos siendo personas comunes y corrientes y también estamos expuestos a los azotes de la vida, eso también es una enseñanza aunque no tengamos que leer para aprenderla, que no se tiene que golpear sin piedad a la gente por gusto, esto es un ritual solamente.
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